Desde este lunes pasado, SNCF impone sanciones a los pasajeros que lleven más de dos bolsos por persona en los trenes de alta velocidad. Hasta ahora, los trenes franceses tenían la limitación consistente en que el pasajero debía de ser capaz de transportar el equipaje por sí mismo.
No obstante, el gran problema de esta limitación es el camino que abre, no tanto lo que supone hoy mismo, cuando cada viajero puede ir con dos bolsos de 70 por 90, que son equivalentes a maletas de gran tamaño.
En España, Renfe permite el transporte de tres bultos de un tamaño considerable, aunque los controles prácticamente no existen. En los trenes de bajo costo Avlo, como en los aviones, apenas se permite una mochila mucho más pequeña que la que permite Ryanair y una maleta de cabina un poco más grande, tamaño trolley, pero menor que las maletas de viaje. A partir de ahí, también hay que pagar.
Ouigo también tiene limitaciones, aunque un poco generosas. E Iryo, por su parte, ajusta el tamaño del equipaje a los precios que se pagan.
Sin embargo, esta modificación de la permisividad histórica de los trenes en cuanto a equipaje, no ha tenido oposición social como sucede con la aviación.