A pesar de que la inflación ha llegado a España y las crisis geopolíticas de la región no dan respiro, la primera actividad económica del país no ha sentido sus efectos negativos. Todo lo contrario: España continúa registrando un crecimiento constante tanto en la llegada de turistas internacionales como en el desembolso que estos dejan.
Durante los primeros seis meses del año, el país acogió a 42,5 millones de visitantes, un aumento del 13% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este viernes. Es la primera vez que se supera en un primer semestre la barrera de los 40 millones, por lo que se vuelve a apuntar hacia un año récord para el sector. Siguiendo esta tendencia, también aumentó el gasto de los visitantes. Lo hizo en un 20,5%, alcanzando la inédita cifra de 55.500 millones de euros.
Esta tendencia da oxígeno al empleo y a la economía nacional —que evoluciona mucho mejor de lo esperado tanto por el Gobierno como por los analistas—. Al otro, el turismo de masas agrava las tensiones sociales en las zonas más calientes y agranda algunos problemas, como el del acceso a la vivienda.
El panorama del primer semestre, con crecimientos anuales de doble dígito en llegadas y gasto, es “sorpresivamente muy bueno, ya que partíamos de niveles muy elevados en los años anteriores”, explica Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research. La proyección del experto es que el ritmo continúe y que en el conjunto del año se superen con holgura los 85 millones de turistas anotados en 2023, con una previsión que rondaría los 95 millones.
Será difícil, sin embargo, sobrepasar este año la barrera de los 100 millones por varias razones. Cardoso apunta a que la capacidad de absorción de los hoteles y establecimientos españoles está llegando a su límite en temporada alta y que los apartamentos turísticos no pueden servir como válvula de escape. El potencial de crecimiento, por ello, se traslada al otoño e invierno y a la desestacionalización del turismo, un fenómeno que coge ritmo paulatinamente, pero que todavía no está del todo asentado. Y Díaz Luque recuerda que en la evolución del sector también influirán otros factores exógenos: “Me preocupa especialmente el cambio climático y las olas de calor; es lo único que ahora puede frenar el crecimiento”.
Más empleados
Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística(INE), revelados por Turespaña, mostraron que España aumentó en el segundo trimestre un 3,5% más de empleados, es decir 101.008 trabajadores más que en el mismo periodo de 2023.
Con esto, en el periodo comprendido entre abril y junio de 2024, los empleados en el sector turístico han constituido el 13,7% del empleo total de la economía española. Es así como los trabajadores activos en turismo en el segundo trimestre del año han superado los tres millones (3.264.381), un 4,3% más que en periodo equivalente de 2023.
Disminuye la temporalidad
En el sector turístico, la tasa de temporalidad fue de 16,1%, una cifra inferior a la del mismo periodo del año anterior que fue del 19,6%, lo que marca una diferencia de -3,5%.
Por este motivo, la tasa de temporalidad turística se ubica prácticamente al mismo nivel que la tasa de temporalidad del conjunto de la economía nacional que es del 16%.
En cuanto al tipo de jornada, los asalariados con jornada completa representaron el 75,2% del total de trabajadores bajo esta modalidad y aumentaron un 4,4%. De su lado, los autónomos ascendieron un 1,8% respecto al periodo interanual, llegando a los 491.155 trabajadores independientes.