Los retrasos en los vuelos se han convertido casi en una constante dentro del Sector aéreo y esto afecta sin duda a la satisfacción de los clientes. Sin embargo, se está produciendo una evolución silenciosa en la industria de la aviación, a medida que las aerolíneas y los aeropuertos aprovechan el poder del big data, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial para predecir y minimizar estos retrasos.
Tradicionalmente, las aerolíneas se han basado en el análisis de datos históricos y en las previsiones meteorológicas para anticipar posibles retrasos. Pero estos métodos a menudo no logran proporcionar la información detallada y en tiempo real necesaria para tomar decisiones operativas proactivas. "La pista más obvia, por supuesto, es comprobar el tiempo", asegura el piloto de línea aérea Patrick Smith. “Sin embargo, aquí hay muchas variables. Algunos centros son más propensos a sufrir retrasos que otros".
Según Alex Brooker, vicepresidente de investigación, desarrollo y descubrimiento de Cirium, "al analizar grandes cantidades de datos de fuentes como imágenes satelitales, radares, sensores de aviones y estaciones meteorológicas, los algoritmos de aprendizaje automático pueden identificar patrones y pronosticar retrasos con una precisión sin precedentes".
Y es que estos sistemas aprenden y perfeccionan continuamente sus modelos con cada nuevo punto de datos, lo que permite a las aerolíneas tomar decisiones más inteligentes y rápidas que minimicen el impacto de las interrupciones. A la cabeza en este espacio, se encuentran aerolíneas como JetBlue, Delta y United.
De hecho, JetBlue se ha asociado con el proveedor de inteligencia meteorológica Tomorrow.io para desarrollar un sistema que puede predecir retrasos con horas o incluso días de antelación. "Al proporcionar pronósticos hiperprecisos adaptados a aeropuertos y rutas de vuelo específicos, el sistema permite a JetBlue ajustar proactivamente los horarios, redirigir aviones y mantener informados a los pasajeros", afirma Brooker.
En este caso, la aerolínea ha informado de ahorros de entre 300.000 y 600.000 dólares por centro al año. Mientras tanto, Delta Airlines ha desarrollado su propia aplicación que aprovecha los datos meteorológicos en tiempo real para establecer alertas de índice de amenazas. Por último, United Airlines ha adoptado un enfoque similar con su inversión en tecnología micrometeorológica, que proporciona pronósticos localizados que ayudan a optimizar las rutas de vuelo y la eficiencia del combustible.
"Los beneficios de estos sistemas impulsados por IA van más allá de la simple eficiencia operativa. Al minimizar los retrasos y las cancelaciones, las aerolíneas pueden mejorar significativamente la experiencia de los pasajeros y generar una mayor lealtad a la marca", concluye Brooker.
Fuente https://www.nexotur.com