La emblemática figura del cantautor Atahualpa Yupanqui aún invade los paisajes y las callecitas de Raco, una villa que cautiva a cada uno de sus visitantes con su verde paradisíaco, sus senderos, sus bosques, sus ríos y su calma. En este escenario de ensueño, donde la inspiración de don Ata dio vida a los clásicos del folclore, se comenzará a trabajar para potenciar su oferta turística.
"Hemos recorrido lugares realmente maravillosos que tiene Raco, con el objetivo de trabajar juntos para ponerlos en valor”, destacó el presidente del Ente Tucumán Turismo, Domingo Amaya, quien visitó la zona junto al secretario general del organismo, Marcos Díaz, y el presidente de la comisión de Turismo de la Legislatura, Francisco Serra. Las autoridades provinciales fueron recibidas por el delegado comunal, Gerardo Alvi, quien puso a disposición su equipo de trabajo.
“Raco tiene un atractor muy importante que son las huellas de Atahualpa Yupanqui, y que a través de algunas inversiones, de la organización y el trabajo, se pueden potenciar. En este lugar tan especial, en medio de la montaña, es donde él se inspiraba y hacía esas hermosas canciones que son reconocidas en el mundo entero”, agregó Amaya al finalizar el encuentro. “Tenemos que trabajar en conjunto, esa es la directiva que nos dio el gobernador Osvaldo Jaldo, actuar en equipo entre nosotros y junto al sector privado, para desarrollar un producto muy interesante para el turismo nacional e internacional”, concluyó.
Por su parte, el legislador Serra destacó la importancia del trabajo en equipo al declarar que “nada se puede hacer en soledad”, y aseguró que el objetivo es “trabajar en conjunto en función de que lugares tan hermosos y con una impronta tan importante de historia y cultura, se puedan proyectar turísticamente”.
“Desarrollar un producto turístico que nos permita contar la historia de Atahualpa, y de esa forma también seguir ayudando al crecimiento de los emprendimientos privados de la comuna”, aportó en su momento Gerardo Alvi, delegado de Raco.
Atahualpa y su “Tucumán Querido”
“Empujado por el destino, protegido por el viento y su leyenda, la vida me depositó en el reino de las zambas más lindas de la tierra”: con esas palabras recordaba Héctor Roberto Chavero su aterrizaje en Tucumán, cuando era todavía un niño. Nació el 31 de enero de 1908, en la localidad de Campo Cruz, Pergamino, Buenos Aires.
El gran Atahualpa Yupanqui era tan solo un niño cuando su padre decidió que se iban a Tucumán, el lugar que sería, de alguna manera, la universidad más grande de aquel que muchos bautizaron como el “Padre del folklore”. Era un tremendo observador del paisaje, y a través de su prosa y su música, planteó dudas filosóficas, planteos existenciales que presentaba a través del folklore.