Tras protagonizar en los últimos años algunos incidentes sonados —como los accidentes mortales de los 737 MAX o la pérdida de una puerta en pleno vuelo de un avión de Alaska Airlines—, Boeing está siendo sometida a un exhaustivo examen tanto de las autoridades competentes como por la opinión pública.
Muchos podrían apuntar que hay cierto ensañamiento con el fabricante estadounidense por la constante aparición en prensa de los incidentes y accidentes protagonizados por sus aeronaves, mientras que su rival Airbus pasa más de puntillas pese a que también arrastra problemas de fiabilidad en sus motores o los daños en su fuselaje.
Lo cierto es que las constantes apariciones en medios de comunicación son un reflejo de la realidad estadística, ya que, en la última década, Boeing triplica a Airbus en el número de incidentes aéreos registrados en la base de datos de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos. Esta base de datos incluye accidentes o incidentes que involucran aviones civiles que han ocurrido dentro de EE. UU., en aguas internacionales o en el extranjero en cuya investigación participó la citada NTSB.
La empresa estadounidense acumula 982 casos frente a los 264 de la europea. Una descompensación importante si se tiene en cuenta que ambas cuentan con cuotas de mercado similares, aunque en la actualidad, según FlightGlobal, Airbus tiene un 55% de cuota de mercado y Boeing de un 45%.
Suman más problemas
Los problemas asedian a Boeing. Y es que ahora ha aflorado que cuatro de sus ejecutivos gastaron 1,9 millones de dólares en viajes aéreos personales desde 2021. Esta cantidad supera en 546.000 dólares por encima de lo revelado con anterioridad.
Según informa CNN, los directivos en cuestión son su CEO, Dave Calhoun —que recientemente anunció su dimisión—; el director financiero, Brian West; el director ejecutivo de su unidad de aviones comerciales, Stan Deal; y el director ejecutivo de su negocio de defensa, espacio y seguridad, Theodore Colbert.
El citado diario explica que los viajes aéreos forman parte de lo que se conoce como prebendas, que se otorgan a los ejecutivos. En este paquete también se incluye el transporte terrestre, el alojamiento y la alimentación durante sus viajes personales.
En lo que respecta a la distribución del gasto, Calhoun fue el que más se benefició de esta prebenda, con un gasto de 979.000 dólares durante esos tres años. Esto se debe a que la política de empresa exige que su director ejecutivo vuele en su flota de jets privados o aviones alquilados, incluso cuando viaja por motivos personales, por razones de seguridad.
Fuente: https://www.tourinews.es