Esta semana se celebra en Madrid la Feria de Turismo de habla hispana más importante del mundo.
En la tan ansiada búsqueda de divisas para llenar nuestras alicaídas arcas, la ocasión se muestra como una gran oportunidad para motivar al turista europeo en particular, y a los viajeros del mundo en general, a visitar Argentina. De esta manera, a través de una exportación no tradicional ingresan dólares o euros en la economía argenta.
¿Por qué es una gran oportunidad? se preguntará el caro lector.
La respuesta no tiene nada que ver con las relaciones diplomáticas o económicas que nos unen al mundo. Es mucho más terrenal y tiene que ver conque hace apenas un mes un grupo de jugadores de fútbol, un cuerpo técnico y ¿algunos dirigentes? dieron un ejemplo de trabajo en equipo, de humildad y respeto, que nos mostró ante la afición futbolística como un ejemplo a seguir.
La Selección Nacional de Fútbol conquistó su tercera Copa del Mundo FIFA en Qatar y Messi y sus compañeros se convirtieron en la sensación de millones de seguidores a lo largo y ancho del planeta.
Hemos visto cómo fanáticos del fútbol de la India, Bangladesh, Arabia Saudita, la misma Qatar, e incontables países alrededor del mundo agitaron la celeste y blanca como si fuera su propia insignia patria.
Llevaron en andas imágenes corpóreas de Messi, corearon, aún sin entender, la letra de “muchachos…”, y aprendieron a decir Argentina con diferentes entonaciones regionales.
Millones de personas en todo el planeta se entusiasmaron con nuestra alegría contagiosa y la pasión con que vivimos el fútbol, y una vez más pudimos mostrar nuestra mejor imagen.
Aunque usted no lo crea, a partir de este hecho trivial se despertó la curiosidad en muchos ciudadanos del mundo por conocernos.
No sólo por ver nuestros paisajes, sino también por saborear nuestra gastronomía, entender nuestra cultura, y vivir la experiencia de comprender quiénes somos; un pueblo de inmigrantes que ha logrado sobrevivir, y sobrevive, a las más impensadas dificultades políticas y económicas que puede sufrir un país.
No hay mejor momento que el presente para que el turismo vernáculo vuelva a mostrar porqué otros países entienden que el turismo es una actividad productiva y no solamente una época del año de playas, sol y sombrillas; y debemos aprovecharla.