Las diferencias entre nuestros dirigentes políticos se hacen notar cada vez más, y no en el mejor momento. En algunos casos hasta provocan vergüenza ajena.
Desde esta columna siempre tratamos de bregar por un país normal, no por un súper país, sólo pretendemos que sea un país normal.
La inflación, el dólar, la inseguridad, no hacen que Argentina se pueda mostrar como un país normal y las diferencias políticas entre propios y opositores empobrecen cualquier intento.
Cuando un potencial turista de cualquier lugar del mundo busca en el mapamundi digital que hay en su teléfono inteligente, o en su Tablet, dónde pasar sus vacaciones, realizar un evento, o iniciar un negocio turístico, nuestro país no es una opción viable.
¿Por qué? se preguntará el caro lector. Porque no somos un país normal. Los turistas escapan de los lugares con conflictos, no los entienden, los asustan.
Es difícil motivar a un futuro turista internacional a visitarnos sólo por la consecuencia económica de la depreciación de nuestra moneda. En los países normales eso no sucede, porque las ventajas económicas las encuentran en las ofertas, no en las devaluaciones.
Es cierto que dijimos hace unos días que el mundo entero está patas para arriba, pero ninguno se encuentra haciendo piruetas como el nuestro.
La actividad turística es una exportación no tradicional y por lo tanto la mejor y más rápida alternativa para ingresar dólares a las arcas del Estado, sin embargo nuestros funcionarios siguen reforzando el corralito, demorando la confirmación de vuelos hacia y desde el exterior e impidiendo de esta manera que la actividad turística sea sustentable.
En épocas de crisis, como en 2001, los ingresos en dólares por turismo sirvieron para reactivar las economías regionales. De la misma manera para muchos países del primer mundo el turismo es una actividad generadora de divisas, más aún en tiempos de crisis. ¿Qué se hace en Argentina al respecto?
Sólo con la promoción en el exterior no alcanza. Es más, hasta parece dinero malgastado cuando no se lo respalda con una imagen de país acorde al mensaje difundido. Por un lado decimos que no tenemos dólares y por el otro realizamos importantes inversiones publicitarias para mostrar nuestra cultura, nuestra gastronomía, nuestros paisajes...
Sabemos que esta situación se repite en casi todas las industrias que se desarrollan en Argentina, pero acá hablamos de turismo que es lo que mejor conocemos.
Seamos un país normal, sólo eso. Nosotros, los ciudadanos, lo esperamos desde hace mucho.