Pasaron dos años y medio de la epidemia del murciélago chino, que creemos que estaría quedando atrás, o al menos así nos dicen; pero las consecuencias que trajo a nuestras vidas aun son impredecibles.
En nuestro balance de PROS y CONTRAS podemos anotar a modo de recordatorio el avance de las comunicaciones vía streaming, la tecnología virtual, el afianzamiento del Home Office, o el desarrollo del e-commerce, todos del lado de los PRO.
Pero entre las CONTRAS más notorias no podemos olvidar las secuelas que causó el encierro prolongado de las cuarentenas, la salida del mundo laboral de millones de personas, o la pérdida de mano de obra calificada en rubros donde es irremplazable, como algunos segmentos de la actividad turística.
La hotelería y la gastronomía son los primeros que hicieron notar esta ausencia de trabajadores. Las dificultades con las que se enfrentan para cubrir las vacantes de personal, desde mozos hasta ayudantes de cocina, desde recepcionistas hasta personal de maestranza o gerentes se escuchan en cada reunión del gremio.
Increíblemente, con el volver a la nueva normalidad de la aviación aerocomercial, son las propias compañías aéreas las que padecen esa ausencia de mano de obra calificada, más precisamente se buscan pilotos, auxiliares de vuelo y hasta personal de tierra.
Esta situación está provocando caos en los mayores aeropuertos del mundo y la cancelación de miles de vuelos.
Aunque en realidad no se terminan ahí los males que hoy sufren las compañías aéreas.
También se les suman la suba de los combustibles, el incremento de los costos directos e indirectos y la inflación.
¿La inflación dijimos? Sí, la inflación caros lectores, que ha dejado de ser exclusivo patrimonio nacional, para ser compartido con el mundo entero. A distintos niveles, es cierto, pero produciendo el mismo mal.
Anuncios de aumento de las tarifas en los tickets, aumentos de sueldos con porcentajes inéditos para el primer mundo, y por supuesto la puesta en práctica de manera salvaje de la oferta y la demanda.
Sólo para que tengamos en cuenta algunos valores podemos citar a los pilotos de United, en Estados Unidos, que debieron fijar una paritaria con aumentos de un 14,5 % a lo largo de los próximos 18 meses, cuando lo usual hubiera sido un aumento de entre 1 al 2%, y a veces en forma bianual.
¿Recuerdan la carta de los pilotos de Delta de la semana pasada en la que empatizaban y compartían su frustración con los usuarios por los retrasos y cancelaciones?
A pesar de que ellos están poniendo todo de sí volando horas extras, lo concreto es que las cancelaciones de miles de vuelos diariamente no paran y lo grafican diciendo que “habrán volado más horas extra en 2022 que en la totalidad de 2018 y 2019 combinados”.
El Covid 19 ha cambiado al mundo, aunque nos cueste creerlo.
No se trata de Argentina solamente, el mundo está patas para arriba, algunos lo resolverán más rápidamente que otros, esperemos no ser la alfombra de nadie.