Los argentinos descubrimos durante la pandemia que la cuarentena nos impedía viajar. Viajar al exterior, que podría decirse que es lo que incorrectamente entendemos por viajar, pero también al interior, nuestro profundo y recóndito interior de esa Argentina que no miramos.
Recorrer nuestro país fue un privilegio que nos pudimos dar gracias a un virus que nos mantuvo fronteras adentro casi dos años, siempre en nuestro territorio continental.
Sin embargo, los mensajes recibidos por todos conmemorando al 2 de abril, nos hizo reflexionar por ese destino turístico que nos es inaccesible a los argentinos desde hace casi 200 años a pesar de los reclamos de nuestra soberanía sobre las islas.
Desde hace 189 años, un destino argentino está vedado para nosotros, porque si las Malvinas son argentinas ¿el destino, no es argentino?
Ya sabemos que muchos pensaran: “Déjense de joder con las Malvinas…”, pero, ¿no le gustaría visitarlas y en el mástil volver a ver la celeste y blanca?
Como sabemos, desde 1833 el gobierno del Reino Unido mantiene ocupado el archipiélago del Atlántico Sur a pesar de las innumerables gestiones realizadas ante todos los organismos internacionales.
La respuesta siempre es la misma, el reconocimiento formal de que las islas son argentinas pero que es un tema que sólo lo pueden solucionar Gran Bretaña y Argentina.
Una solución que se demora porque como dice el refrán: cuando uno no quiere dos no pueden. Y en el mientras tanto es tierra hostil para los ciudadanos argentinos.
Si bien antes de la Guerra de Malvinas era muy difícil llegar a Puerto Argentino, después fue imposible.
Las relaciones diplomáticas se cortaron y por muchos años los argentinos tuvimos prohibida la entrada con pasaporte nacional.
Sabemos de algunos pocos que, con pasaportes de la Unión Europea, o de terceros países pudieron visitar Puerto Argentino, que es prácticamente el único destino con infraestructura turística.
Hubo algunas pocas misiones de reconocimiento a los soldados caídos en 1982, cuando el inconsciente intento de recuperación falló y dimos una inmerecida vergüenza como nación, sólo eso.
Si las Malvinas son argentinas, no son un destino turístico para argentinos… por ahora.
Sólo 800 kilómetros separan a Río Gallegos de Puerto Argentino -o 705 de Río Grande-.
Tan cerca, pero tan lejos.