Sus filiales de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos y Perú ha conseguido presentar a último momento su plan de reestructuración financiera. Dicho documento establece la estrategia de la aerolínea para abandonar el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense a la que se acogió en mayo de 2020.
La compañía presentó el Plan de Reorganización a menos de dos horas de que se le acabara el plazo establecido. Esto le permitirá mantener la exclusividad en la negociación de su deuda con los acreedores sin la necesidad de competir con otras ofertas, lo que deja fuera de la operación a la aerolínea brasileña Azul, que quería comprar el grupo al completo.
El plan va acompañado de un Acuerdo de Apoyo a la Reestructuración (“RSA” por sus siglas en inglés) celebrado con el Grupo Ad Hoc de Acreedores de Matriz, que es el mayor grupo de acreedores no garantizados en estos casos del Capítulo 11, y algunos de los accionistas de LATAM. El RSA documenta el acuerdo entre LATAM, los anteriormente mencionados tenedores de más del 70% de los créditos no garantizados de matriz, y los tenedores de aproximadamente el 48% de los bonos estadounidenses con fecha de 2024 y 2026, y algunos accionistas que tienen más del 50% del capital ordinario, sujeto a la aplicación de la documentación definitiva de los grupos, y a las aprobaciones corporativas por parte de dichos accionistas. Como lo han hecho a lo largo de todo el proceso, todas las empresas del grupo siguen operando en la medida en que las condiciones de viaje y la demanda lo permiten. El documento propone la inyección de 8.190 millones de dólares al grupo mediante capital fresco, bonos convertibles y deuda. La búsqueda de financiación ha provocado que las acciones de la aerolínea se hayan desplomado (-45,4%) este lunes en la Bolsa de Santiago (Chile).
Ahora, el tribunal estadounidense deberá aprobar el plan de reestructuración antes de que finalice el mes de enero de 2022 y los acreedores deberán decidir si acuden al rescate antes de marzo. En caso de que rechacen invertir, el grupo volvería a estar expuesto a ofertas externas, por lo que Azul podría volver a entrar en juego. Tras salir del proceso, se espera que LATAM tenga una deuda total de aproximadamente US$7.260 millones y una liquidez de aproximadamente US$2.670 millones. El grupo ha determinado que se trata de un nivel de endeudamiento conservador y una liquidez adecuada en un periodo de incertidumbre continua para la aviación mundial, y que dejará al grupo en una mejor posición para futuras operaciones.