La nueva Ley se suma así a la estricta ley aprobada por el Senado francés para cerrar una laguna fiscal que beneficiaba a las viviendas turísticas, que podían deducirse un 70%; porcentaje que se redujo al 50% y finalmente quedará en un 30%. Sin embargo, se mantendrá una deducción del 50% para los alojamientos amueblados de calidad, reconociendo su importancia para el turismo de alta gama.

El aumento de los alquileres de temporada, que ha pasado de 300.000 en 2016 a casi un millón en la actualidad, está acusado de desviar el stock de alquiler tradicional y contribuir al aumento de los precios de las propiedades en las zonas más atractivas. En virtud de ello es que el Senado aprobó casi por unanimidad el proyecto de ley que refuerza la regulación del mercado de alojamientos turísticos amueblados como Airbnb. 

El examen de este proyecto de ley se abrió con largos debates sobre las limitaciones a las que deben estar sujetos los propietarios para poder alquilar un alojamiento turístico amueblado. El texto propone obligar a los propietarios a registrar su propiedad en una plataforma, proporcionando varios documentos de respaldo. Por ejemplo, el propietario tendrá que demostrar que su alojamiento cumple con las normas de seguridad contra incendios a las que están sujetos los alquileres tradicionales durante todo el año.

Airbnb parece apoyar la nueva legislación, según ha manifestado Clément Eulry, su director general para Francia y Bélgica, en una entrevista con France Info. Eulry ha reconocido la importancia de lograr un equilibrio en el mercado y salvaguardar el poder adquisitivo de los franceses; aunque no está de acuerdo con la reducción del número máximo de días de alquiler.

El número de pisos turísticos ha pasado de los 300.000 de 2016 a superar el millón en la actualidad, dificultando la búsqueda de vivienda a los residentes.